Os he dejado a Mis Ministros pero los veis como hombres nada más sin mirar que su ministerio es sagrado
Hijos de Dios, sólo el Espíritu Santo que tiene Poder y Gracia, puede enderezar al alma que corrompida está en total putrefacción o degradación. Yo, Jesús, os hablo.
Hay almas tan degradadas, tan corrompidas, que su hedor sube hasta el Trono de Dios y lo conmueve para tratar de sanar a esa alma que sólo Dios puede hacerlo. No creó Mi Padre Eterno a la Humanidad para dejarla perderse eternamente, y aunque os pide cumplir los Mandamientos, Él no os niega Su Gracia para ello; porque, hijos, Dios para todo lo que os pide os da Su Gracia, y nunca os desampara, pero vosotros confiáis más en vuestros criterios, criterios pervertidos, y preferís ignorar las Gracias de Dios y guiaros a vosotros mismos en sendas de perdición y de degradación total, y no sois capaces de dar un paso acertado porque tenéis la mente embotada y el corazón contaminado por el amor propio, el materialismo y las falsas y engañosas doctrinas que circulan por ahí. Yo, Jesús, os hablo.
Si hasta el pueblo más indígena de la Tierra, si hasta los menos instruidos creen en un dios
superior a ellos y acuden a él cuando le son necesaria su ayuda, vosotros, hijos de Dios, que
conocéis y tenéis la doctrina del verdadero y único Dios, lo ignoráis, pasáis de Él, y buscáis en
otras prácticas salida a vuestros errores y pasos desacertados y a la falta de paz y de felicidad
que tenéis.
Por tanto, hijos, dejaros obrar en vuestras almas. Dejad que la Gracia de Dios os anegue y os vaya sanando poco a poco.
Venced hoy una batalla aunque sea pequeña y, mañana estaréis predispuestos para vencer una más grande, y así, poco a poco, paso a paso hasta que logréis vencer la guerra, la guerra que os hace vuestro amor propio, egoísmo y vuestros errores. Yo, Jesús, os hablo.
Os he dejado para esto los Sacramentos, pero no creéis en ellos. Os he dejado a Mis ministros para que os ayuden, pero los veis como hombres nada más, sin mirar que su ministerio es sagrado.
Os he dejado a Mi Santa Madre pero La miráis desde lejos, sin acudir a Ella y sin creer en Su eficacia. Os he dejado Mi Palabra Divina en la Santa Biblia, pero la tomáis como invenciones de los curas. Hijos, ¿qué queréis? Y vais en busca de esas doctrinas paganas que os ofrecen y que quieren desplazar a Dios de una vez por todas, no solo de vuestras almas sino también de la sociedad y del mundo entero. Yo, Jesús, os hablo. Reaccionad a tiempo, porque, hijos, mientras hay vida hay esperanza y hay solución, pero cuando la muerte llame a vuestras puertas, si no os habéis enmendado y seguís podridos, llenos de contaminación, sin un ápice de arrepentimiento, hijos, Mi Justicia será implacable por todo lo que perdisteis voluntariamente.
Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo estos Mensajes los cree y los pone en práctica.
http://www.adiosloqueesdedios.blogspot.com/
Por tanto, hijos, dejaros obrar en vuestras almas. Dejad que la Gracia de Dios os anegue y os vaya sanando poco a poco.
Venced hoy una batalla aunque sea pequeña y, mañana estaréis predispuestos para vencer una más grande, y así, poco a poco, paso a paso hasta que logréis vencer la guerra, la guerra que os hace vuestro amor propio, egoísmo y vuestros errores. Yo, Jesús, os hablo.
Os he dejado para esto los Sacramentos, pero no creéis en ellos. Os he dejado a Mis ministros para que os ayuden, pero los veis como hombres nada más, sin mirar que su ministerio es sagrado.
Os he dejado a Mi Santa Madre pero La miráis desde lejos, sin acudir a Ella y sin creer en Su eficacia. Os he dejado Mi Palabra Divina en la Santa Biblia, pero la tomáis como invenciones de los curas. Hijos, ¿qué queréis? Y vais en busca de esas doctrinas paganas que os ofrecen y que quieren desplazar a Dios de una vez por todas, no solo de vuestras almas sino también de la sociedad y del mundo entero. Yo, Jesús, os hablo. Reaccionad a tiempo, porque, hijos, mientras hay vida hay esperanza y hay solución, pero cuando la muerte llame a vuestras puertas, si no os habéis enmendado y seguís podridos, llenos de contaminación, sin un ápice de arrepentimiento, hijos, Mi Justicia será implacable por todo lo que perdisteis voluntariamente.
Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo estos Mensajes los cree y los pone en práctica.
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