La catedral de Colonia ahora tiene una gárgola de Francisco





La catedral de Colonia ahora tiene una gárgola del papa Francisco! No es una gárgola para desalojar agua, sino un detalle arquitectónico de interiores. Aparece en el portal principal, justo encima del rey Salomón. 


Hace siglos las gárgolas en el exterior de las catedrales representaban la maldad sobrenatural en el mundo, o sus vigilantes, y las esculturas de santos en su interior representaban la virtud de Dios en la Iglesia. Ya sea como temibles defensores de lo sagrado (¿reminiscencia de los querubines bíblicos?) o demonios huyendo de la iglesia, las gárgolas se posaron en las catedrales desde las góticas hasta las barrocas.
Y en el sentido práctico, éstas eran desagües, hasta nuestros días expulsan residuos de las catedrales medievales, hubiera sido una falta de respeto representarlas como santos o ángeles.

Las gárgolas son uno de los símbolos de muchas construcciones en la Edad Media y cuentan con un aspecto algo grotesco y terrorífico, además de estar envueltas en cierta leyenda y mitología.

Muchas veces, estando de viaje en países como Francia, podemos darnos cuenta de que muchos de los edificios góticos cuentan en su parte más alta con la representación de criaturas aladas que son denominadas gárgolas, pero que por lo visto tienen un origen mitológico más allá de su función arquitectónica.

El origen de estas gárgolas proviene de la Edad Media, cuando el infierno era uno de los temas que más preocupaban a la sociedad y creían en todo tipo de demonios y bestias que atormentaban a los seres humanos. Las primeras gárgolas que se conocieron, fueron nombradas como “grifos” que hacía referencia a los seres fantásticos con forma de animal o mitad humanos.


Las gárgolas, entendidas como seres pertenecientes a la mitología, nacen a raíz de una leyenda de principios del siglo VII en la que el dragón Gargouille, que vivía cerca del Sena, devastaba  periódicamente la región.


Gargouille, era descrito como un ser de cuello largo y reptilíneo, hocico delgado con potentes mandíbulas, cejas fuertes y alas membranosas. Se caracterizaba por sus malos modales: tragaba barcos, destruía todo aquello que se interponía en la trayectoria de su fiero aliento y escupía demasiada agua, tanta que ocasionaba todo tipo de inundaciones.

Fue entonces cuando, Romanus, un sacerdote cristiano, dominó a la bestia con la señal de la cruz y la llevó a Rouen donde le cortó la cabeza y la colocó en lo alto del ayuntamiento.

Gárgolas en la arquitectura

Fue a partir de la Edad Media y con el auge del arte gótico cuando los artistas y arquitectos comienzan a colocar en sus edificios la representación de estos seres, con cabeza y alas de dragón y un cuerpo casi humano, y cuya función era la de expulsar agua de lluvia de los tejados de dichos edificios, para de este modo actuar como un desagüe.

Principalmente se colocaban en las iglesias, y de ahí que todavía se conserven en lugares que  son tan emblemáticos como la catedral de Notre Dame en Francia.

Su nombre se debería al sonido que produce el agua, similar al de un líquido por un tubo (y que se conoce como gargouiller).

(Fuentes varias)