Soros quiere destruir México


México está entre dos fuegos. Por un lado, el de las oscuras fuerzas del sionismo internacional de derecha, encabezado por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu y, por el otro, el del sionismo anárquico de izquierda, de George Soros.
(...) De hecho, Soros utiliza las caravanas de migrantes para acelerar el proceso de decadencia de México. Sus armas son la promiscuidad sexual, la ideología de género, el aborto, el consumo legal de drogas y la balcanización. Sí, la balcanización, a partir de la división de la nación mexicana por medio del reconocimiento de la soberanía de los llamados “pueblos originarios”, so pretexto de reconocerles sus derechos sobre los recursos naturales.
La división de México en micropaíses que quiere Soros es muy similar a la estrategia de Netanyahu en Medio Orfiente: dividir y reducir a los pueblos árabes a su mínima expresión, para que carezcan del poder de oponerse al Gran Israel que está en construcción.
Es un hecho que el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, cuenta con un proyecto económico que pretende beneficiar a la mayoría de la población, a la mayoría que ha sido golpeada por una economía neoliberal salvaje. Esta visión económica le ayudó a superar los 30 millones de votos en la elección del pasado 1 de julio.
Olga Sánchez Cordero. /Foto: animalpolitico.com.
Sin embargo, este programa económico-social es eclipsado por la plataforma sorosiana de autorizar la práctica indiscriminada del aborto, de la imposición (con todo el rigor persecutorio) de la ideología de género y de la legalización del consumo de drogas. Soros tiene en Olga Sánchez Cordero, designada para la Secretaría de Gobernación, a su principal operadora.
López Obrador tiene el deber de proteger a México del sionismo derechista de Netanyahu y del sionismo de izquierda de Soros. La esencia sionista es la misma. Lo único que cambia es el enfoque para su aplicación.
El de Netanyahu es invasivo, guerrerista, terrorista, persecutor, discriminador, violador de la dignidad humana.
El de Soros funciona a base de la infiltración, es decir, del debilitamiento interno. En lugar de la guerra abierta, atiza la lucha de clases, el rencor social y la degradación humana.
En el fondo, estas dos concepciones coinciden en algo: en que pretenden el sometimiento de los demás pueblos de la tierra. Usted puede comprobarlo: ambos, son enemigas de la identidad nacional y de la autoridad legítima de cada pueblo.
El deber de López Obrador, a partir del 1 de diciembre de 2018, será el de preservar a México de estos dos peligros. Deberá ser independiente de Netanyahu y de Soros. Su único “amo”, ha sido, es el pueblo de México.
Si AMLO no mete en cintura a Sánchez Cordero, ésta provocará que la desintegración de América Central se expanda a México. Entonces, Trump aplicará con mayor facilidad el cierre de fronteras y el levantamiento del muro. Soros -por su parte- provocará un infierno inédito, con base en grupos delincuenciales como la mara salvatrucha y los mini cárteles de la droga, del secuestro, de la trata de personas, del turismo sexual infantil, etcétera.
En este escenario, la nación mexicana será estrangulada por dos verdugos sionistas: el de derecha, Netanyahu, y el de izquierda, Soros.
El aviso a López Obrador se le da a tiempo. Veremos de qué está hecho y quién es su verdadero amo.
(*) Periodista mexicano.