Bergoglio no quiere acometer el problema sodomítico



María Ferraz


Bergoglio ha dicho en el avión (¿dónde si no?) de vuelta de Panamá:

"El problema del abuso continuará. Es un problema humano"

En otras palabras: no nos vamos a tomar demasiado en serio la cumbre de abusos porque total, es un asunto que queramos o no, va a seguir ocurriendo. Y debería añadir -pero su cinismo se lo impide-: un problema que seguirá produciendo escándalo y huída de la Iglesia de los fieles, sacrilegios, violaciones, incluso suicidio de los abusados, destrucción de vidas. 

Dicho en otra manera: Bergoglio no tiene ninguna intención de expulsar a los sodomitas de las filas de los obispos y sacerdotes, o sea, a los agentes pervertidos a la cabeza del rebaño de Cristo, que no sólo atacan los cuerpos sino las almas de sus ovejas.

La hipocresía de este hombre que se dedica a escribir cartas lacrimógenas a las víctimas, es inaudita, pues al mismo tiempo pone a homosexualistas a la cabeza de la cumbre, supuestamente para meter en vereda a los obispos perezosos o cobardes y crear nuevas medidas contra el acoso de estos maricas, cosa que es imposible que suceda.

Es capaz de defender el planeta hablando de medidas concretas como evitar la contaminación, el consumismo, reducir el aire acondicionado y los plásticos en el mar, mientras jóvenes y niños perecen bajo las garras de los sodomitas infiltrados contra "los que nada se puede hacer".

Lo de Francisco es todo es un montaje de relaciones públicas, desde los besamanos con los judíos, hasta el lavado de pies a transexuales. 
Recordemos que sólo ha eliminado a algún marica revestido de casulla cuando la presión mediática le ha obligado, pero nunca por libre iniciativa. 

Francisco quítate la máscara.