Es un buen análisis, salvo que cae en el grave error de considerar que no es necesario practicar el catolicismo, y que basta con el amor y seguir los ideales cristianos. Es decir, pasa de la Iglesia que fundó Jesucristo. Por lo demás se agradece que después de tanto ataque mediático anticlerical una voz se ponga en pie con valentía.
La encomendamos para que llegue a la plenitud de la Verdad.