Cura de Ars: Dios lanza un rayo de luz al alma de cada pecador



El cura de Ars decía sobre la misa: Si se comprendiera lo que es la misa, se moriría. No se comprenderá la felicidad que hay en celebrar la misa sino en el cielo. Hay sacerdotes que lo ven a Jesús todos los días en la misa. Esto lo decía por él mismo. Pero manifestaba con claridad: Para celebrar bien la santa misa haría falta ser un serafín.

Por eso, cuando se preparaba para la misa, estaba de rodillas con los ojos fijos ante el sagrario, las manos juntas y nada era capaz de distraerlo. Y decía: Asistir a misa es la más grande acción que podemos hacer.

No hay un momento en la vida en que la gracia de Dios sea dada con tanta abundancia como en la misa. Cuando celebro la misa por los pobres pecadores y el Señor está sobre el altar, Él lanza un rayo de luz al alma de cada pecador, que le hace conocer su estado y su pobre miseria. Él no puede resistir y regresa a Dios, su buen Padre. 

El padre Toccanier manifestó que cuando celebraba la misa decía: “Hasta la consagración, voy bastante aprisa, pero, después de la consagración, me olvido de todo al tener en mis manos a Nuestro Señor”.

La misa es la acción más grande, bella y eficaz sobre la tierra. Todas las obras buenas reunidas no equivalen a una misa, porque ellas son obras de hombres y la misa es obra de Dios. Si ustedes dan mil, tres mil o cien mil francos, no pagarían el valor de una misa. ¿Pagar la sangre de Nuestro Señor Jesucristo?.

Si se nos dijera que a tal hora iba a resucitar un muerto, correríamos a ver este acontecimiento, pero la consagración, que transforma el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Jesús, ¿no es un milagro mucho mayor que resucitar un muerto?

¡Qué felicidad sentía al celebrar la misa! Después de la consagración, se le veía resplandeciente de alegría y, sobre todo, antes de la comunión, cuando él tenía la hostia entre sus manos. Él hacia una pausa para mirar la hostia y lo hacía con una sonrisa tan dulce que se podría decir que veía a Nuestro Señor con sus ojos corporales.

¡Qué hermoso era verle celebrar la misa!. La sola vista del cura de Ars, mientras celebraba la misa, convirtió a más de un pecador.

El padre Luis Beau declaró: Vi al siervo de Dios mientras celebraba misa y cada vez creía ver a un ángel en el altar.




P. ÁNGEL PEÑA O.A.R.
EL CURA DE ARS, SACERDOTE EJEMPLAR
LIMA – PERÚ