"Sólo hay un papa y es Francisco", dijo el ex papa Benedicto XVI al periódico oligarca Corriere della Sera, según VaticanNews.va (27 de junio).
Benedicto XVI observó que durante siglos la unidad de la Iglesia ha estado en peligro y que los conflictos internos y las amenazas de cisma no han sido infrecuentes.
Pero al refugiarse en el encubrimiento histórico, Benedicto afirmó que al final, la unidad de la Iglesia [supuestamente] siempre ha sido "más fuerte que las luchas y guerras internas". (en.news)
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María Ferraz
Entonces le agradeceríamos al papa emérito varias cosas: que además de afirmar lo que le parezca, también use sus entrevistas para apoyar a los cardenales Burke, Brandmüller y a quienes han dado la cara, con graves repercusiones personales, por defender la Verdad en contra del fraude bergogliano.
Y si no está dispuesto, no estaría de más que dejara de vestirse de Papa, que abandonara el Vaticano y renunciara a llamarse o firmar como Benedicto XVI P.P.
O al menos que diera una versión más creíble de sus porqués, por ejemplo la causa que le llevó a dividir el papado en una parte activa y otra contemplativa, en contra de las disposiciones para la sede petrina de Jesucristo.
Nos ahorraríamos muchas discusiones inútiles que nos desvían de la realidad: que el que está sentado en el trono de Pedro tiene como misión atacar los fundamentos de la fe.
Creo que aquí, y es mi opinión personal, la defensa de la Verdad pasa por encima de prudencias humanas en las que pienso que se basa BXVI y que supuestamente podrían dividir la Iglesia. Pero el cisma ya existe, basta mirar la Iglesia de Alemania, que sin embargo va sólo dos pasos por delante de la Iglesia Católica bajo la dirección de Bergoglio.
Benedicto debería jugar sus cartas defendiendo a Cristo, porque no olvidemos que defender la Verdad es defender a Cristo, pues Él mismo se identificó con la misma (Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida)
Señores que van vestidos de papa y habitan en el Vaticano: papas eméritos, falsos papas, papas a medio renunciar, papas metidos por la mafia de san Gallen, herejes o lo que sea, dejen de atormentar al Pueblo de Dios y sáquense las caretas. Queremos saber la verdad de lo que pasa en Roma, en lugar de tener que elucubrar las respuestas a través de los numerosos libros que denuncian la farsa bergogliana y el silencio aturdidor de Benedicto, lo cual no hace más que alimentar el culebrón clerical con aderezos sodomíticos que hacen imposible su digestión.
en.news/María F