Citas: abandono en Dios


Al comienzo de la vida espiritual, se intenta sobre todo amar a Dios, al término se comprende que basta dejarse amar por él. (Jean Lafrance)

Alegría del abandono, a pesar de las pruebas y del peso del pecado, confianza sin límite del hijo pródigo y del ciego, humildad de servidor inútil: esa es la línea de conducta que Teresa copió – calcó. del Evangelio. (Víctor Sión)

Cuando alguien comienza a escuchar la llamada del Señor en lo íntimo de su alma, reflexionar y raciocinar sobre las cosas de Dios no tiene ya sentido. La actitud que entonces se impone por sí misma es la de una simple y total entrega al Señor. (Pedro Finkler)

Cuando se ha comprendido que Dios nos ama, sólo queda una cosa que hacer: ofrecerse al amor para que él haga de nosotros lo que quiera. (Jean Lafrance)

Cuando tras fervorosas oraciones a Dios y a los santos no era escuchada, les daba las gracias, a pesar de todo, diciendo: «Creo que quieren ver hasta dónde voy a llevar mi esperanza». (Santa Teresa de Lisieux)

Cuando un alma en el camino espiritual ha llegado a tanto que se ha perdido a todos los caminos y vías naturales de proceder en el trato con Dios, que ya no le busca por consideraciones ni formas ni sentimientos ni otros modos algunos de criatura ni sentido, sino que pasó sobre todo eso y sobre todo modo suyo y manera, tratando y gozando a Dios en fe y amor, entonces se dice haberse de veras ganado a Dios, porque de veras se ha perdido a todo lo que no es Dios y a lo que es en sí. (San Juan de la Cruz)


Deja hacer al Señor; Él te enviará consuelo y te alimentará con alimentos dulces, cuando así te convenga, y te mandará cruz y sequedades e incluso hará entrar tu alma en agonía, siempre que te sea necesario. (Beato Rafael Arnaiz)

Desde niña me encantaban estas palabras de Job: «Aunque Dios me matara, seguiría esperando en Él». Pero he tardado mucho tiempo en llegar a este grado de abandono. Ahora ya estoy en él: Dios me ha introducido en él, me ha tomado en brazos y me ha instalado en él… (Santa Teresa de Lisieux)

… desprecié el mundo por Ti…, déjame despreciar lo último que me queda, mi voluntad y mi vida.
Mas Señor, en esto no hay mérito, pues aborrecer lo único que de Ti me separa, no es cosa grande, y esperar con ansia lo que a Ti me puede acercar, no es virtud. ¿Qué mérito hay en aborrecer la vida y esperar la muerte?
Pero yo, Señor, no quiero aborrecer lo que Tú me des, ni desear lo que Tú aún no quieres darme. Cúmplase, Jesús mío, tu voluntad. (Beato Rafael Arnaiz)


Dios busca ante todo nuestro punto más débil, el único lugar donde su poder se puede desplegar de manera ilimitada. (André Louf)

Dios, en tanto que rige los astros y preside las revoluciones de la tierra, concurre a los trabajos de la hormiga, al menor movimiento de los insectos que pululan en el aire y al de los millones de átomos contenidos en la gota de agua. (Dom Vital Lehodey)

Dios mío, no te amo, ni siquiera lo deseo. Me aburro contigo. Tal vez, ¡ni siquiera creo en ti!. Pero mírame al pasar. Resguárdate un momento en mi alma, ponla en orden de un soplo, sin parecerlo, si decirme nada. Si tienes ganas de que crea en Ti, tráeme la fe. Si tienes ganas de que te ame, tráeme el amor. Yo no lo tengo, y no puedo nada. Te doy lo que tengo: mi debilidad, mi dolor. Y esta ternura que me atormenta y que Tú ves tan bien… Y esta desesperación… Y esta vergüenza enloquecida. Mi mal, nada más que mi mal… ¡Y mi esperanza! Es todo. (María Noel)

Dios mío, te ofrezco mi corazón; tómalo si quieres, para que ninguna criatura pueda adueñarse de él, sino sólo tú, mi buen Jesús. (Santa Teresa de Lisieux)

Dios mismo se encarga de orientar la vida espiritual de aquellos que se le entregan con gran amor y simplicidad. (Pedro Finkler)

El abandono es un camino de cruz y amor. (Jaume Boada)