El ex católico Dr. Homa había abrazado el ateísmo durante sus años en la universidad y la escuela de medicina. Eso cambió hace aproximadamente una década, cuando el Dr. Homa entró en coma mientras esperaba un trasplante de corazón y se encontró en un lugar en el que nunca pensó, en el que no creía. No era el cielo.
Si bien hubo una luz inicial, el médico pronto se encontró envuelto en un oscuro y aterrador vacío o túnel. De él surgió el diablo, que comenzó a enumerar todas las razones: palabras, hechos, el ateísmo, por los cuales el Dr. Homa no era digno de estar delante de Dios, e hizo todo lo posible para llevar al médico a un pozo horrible justo debajo de sus pies.
Vio imágenes de alta resolución de todo en su vida, de lo correcto e incorrecto. "Incluso vi el efecto de decir el Nombre de Dios en vano", dice el Dr. Homa. “Vi cuánto le dolía a Dios eso. Vi el efecto dominó. No tenía una apreciación completa del Santo Nombre de Jesús."Vi que no era digno de estar con Dios".
Vio la necesidad de expiación. Vio el lastimoso estado de su profesión: cómo tantos médicos se habían convertido en comerciantes en lugar de verdaderos cuidadores, cómo barajaban a los pacientes sin atender a sus necesidades fundamentales, dándoles una receta apresuradamente en lugar de aconsejarlos sobre cambios de comportamiento e incluso de espiritualidad. "Vi el materialismo", dice, "cuántos se centran solo en sus carreras y su jubilación". Cómo los pacientes se habían convertido en números.
"No me importaban (los pacientes) lo suficiente", dice, resumiéndolo, el secularismo, es "mortal" para el alma del médico. Los médicos deben reconocer que Jesucristo es el médico divino, es solo Dios quien sana.
Mientras que muchos, incluso en la Iglesia, se burlan del término "guerra espiritual", es una realidad, dice el médico "como la existencia del Gran Cañón. Esto es real, Satanás es real. Todo lo que se necesita para dejar entrar al diablo es una pequeña apertura. Pero el Espíritu Santo tiene un poder asombroso. Experimenté la teología del catolicismo y puedo afirmar que todo es correcto, que está justo allí ". (Así es la Escritura:" Porque es a través del Espíritu Santo que este Niño ha sido concebido en la Virgen. Ella tendrá un hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados ”(Mateo 1, 18-25).
De pie junto a ese pozo oscuro, frente a su destino, el médico se sintió impulsado por el Espíritu Santo a llamar a la Virgen María. ¡El diablo todavía estaba allí y lo había amenazado si lo hacía! Pero al final, el Espíritu Santo, como en Belén, como en el Calvario, ganó. "Es inimaginable, el inmenso poder [del Espíritu]", dice Homa ahora. “Lo único que puedo afirmar cómo en la Biblia, es que al final de los tiempos y en la Segunda Venida, todas las rodillas se doblarán.
No tuve otra opción. Llamé a la Virgen María y apareció. Había un resplandor a su alrededor que la adornaba de un color gris azulado, la luz formaba una especie de corona.
Ella lo llamó por su nombre y le dijo que volviera (a la vida) y todo estaría bien.
Suavemente, pero también con poder, ella le puso la mano en la cara. Pronto regresó al hospital. "Nunca olvidé cómo sentí el toque de la Virgen".
Al final, el Dr. Ted terminó yendo a Medjugorje en Europa del Este, donde dice que encontró su conversión completa. Ahora está comprometido en predicar sobre la santidad del Nombre de Jesús y a advertir que se debe hacer una reparación seria por el materialismo, la falta de cuidado y las blasfemias contra el Nombre de Jesús. También aprendió que hay que clamar a Dios desde el corazón, no solo a través de una religiosidad robótica. La gloria le pertenece a Dios.Vaya a la confesión regularmente, dice el médico, que ahora atiende a los ancianos como especialista geriátrico. Usa el sacramento de la Reconciliación mensualmente. Cuando haces lo correcto, ganas la batalla, dice. No dejes que el diablo te diga que no eres digno. "Hagas lo que hagas, nunca te desesperes", dice el médico, como su mensaje final.
"Abre tu corazón y acepta las ricas gracias de la Virgen María". Esta Navidad, vamos a ponernos en el camino del cuidado total (de nuestra alma). Es a lo que nos invita la estrella de Belén.
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