Pronto veréis dos papas: uno verdadero y otro falso



Enero 9/2010
Carísimos hijos: convertíos y volved al Señor. Es el único camino que os lleva a la salvación, los demás caminos son mero espejismo, falso ilusionismo. El Señor os ha dado plena libertad, albedrío. Él no obliga a nadie a seguirle, sólo os muestra su mensaje liberador. Os da unas pautas para que os salvéis, unas enseñanzas que las encontráis en las Sagradas Escrituras. Libro Santo en el que meditaron las almas que ahora gozan de la visión beatífica de Dios. Libro Santo que os sacará de vuestra ignorancia espiritual. 

Libro Santo que debéis llevar escrito en vuestro pensamiento y en vuestro corazón. Libro Santo que habrá de ser vuestra consigna, vuestro manual de vida. Convertíos y volved al Señor: comprended que no hay otra opción. El mundo camina en dirección opuesta a los valores del Evangelio. 

El mundo está paganizado porque el Dios verdadero ha dejado de ser adorado y glorificado, ha sido cambiado por falsos dioses, dioses creados por el mismo hombre; dioses con pensamientos distintos a los de Jesús, dioses que llevan a dar culto a satanás, dioses que encaminan a las almas por caminos amplios y espaciosos, caminos que abren las puertas del infierno.

Convertíos y volved al Señor: no aplacéis más vuestra decisión, decidle: sí a Jesús e id a purificar vuestro corazón en los Ríos de la Gracia; Él os perdonará, os contará entre sus elegidos.


Convertíos y volved al Señor: aceptad hoy mismo mi invitación, despojaos de vuestras viejas vestiduras y vestíos con nuevos ropajes, ropajes que os harán lucir como príncipes o princesas porque sois hijos del Rey.


Convertíos y volved al Señor: soltaos de los lazos opresores del adversario; experimentad la libertad y dicha verdadera. El pecado produce turbación de espíritu; estar en gracia es vivir en completa paz, aún, en medio de las vicisitudes de la vida, porque la cruz no os podrá faltar; es necesaria para vuestra purificación y salvación.


Convertíos y volved al Señor: satanás se reviste de ángel de luz para engañar o tentar y seducir; ya es hora de que os acojáis a la misericordia infinita de Jesús; no esperéis que la humanidad sienta la justa cólera de Dios.
Convertíos y volved al Señor: cada vez os queda menos tiempo, pronto se dará el juicio de las naciones, no seáis de aquellas almas que tuvieron muchísimas oportunidades de salvación y no las supieron apreciar y ahora sufren los más terribles tormentos en el infierno.

Convertíos y volved al Señor: estáis viviendo tiempos borrascosos, el enemigo os asecha porque sabe perfectamente que le queda poco tiempo, sabe muy bien que pronto su cabeza será aplastada por la mujer vestida de sol.

Convertíos y volved al Señor: no os entretengáis en las obras de las tinieblas, os llegó el momento de despertar, estáis en los tiempos de la tribulación y de la justicia; debéis estar en estado de gracia; dejad ya vuestro pecado, reconciliaos con Dios; el poco tiempo que os queda, pasadlo en oración y reparación porque la gran prueba está a punto de comenzar; los dolores de parto ya han

dado inicio.

Convertíos y volved al Señor: discernid los tiempos, la higuera pronto florecerá y echará frutos.
Convertíos y volved al Señor: que no os pase como en los tiempos de Noé: nadie le escuchó y por eso perecieron.
Convertíos y volved al Señor: atended a los anuncios de los profetas y creed que el segundo advenimiento de Jesús está muy próximo. La Nueva Jerusalén pronto abrirá sus puertas.


Convertíos y volved al Señor: muy pronto llegará el momento que teniendo oro o plata, nada podréis comprar, sólo los marcados con el número de la bestia.
Convertíos y volved al Señor: pronto os llegará un gobierno mundial; gobierno que unificará la economía, la política y la religión en una sola; gobierno que convertirá cada país en una cárcel porque ya no podréis entrar o salir libremente.


Convertíos y volved al Señor: el tirano pronto se mostrará al mundo entero; la silla de San Pedro estará vacía; pronto veréis dos Papas como en el tiempo de Aviñón: un Papa verdadero y otro falso. No os dejéis confundir, estad alerta; permaneced fieles a la sana doctrina y a la tradición.


Refugiaos en mi Inmaculado Corazón mediante la consagración, para que forméis parte de las filas del Ejército Victorioso; confiad siempre en la misericordia de Dios. Él defenderá a los justos; el resto fiel de la Iglesia será escondido bajo los pliegues de mi Sagrado Manto para que el adversario no os descubra.



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