Francisco está "muy triste" - ¿Por qué?



Francisco recordó el "Día Internacional del Mar" después del Ángelus del 12 de julio. Probablemente se refería al "Domingo del Mar" que se celebra desde 1975 entre católicos, anglicanos y evangélicos. 

Luego, dio un extraño giro diciendo que "el mar me lleva un poco lejos con mi mente: a Estambul". Añadió: "Estoy pensando en la Hagia Sofia, y estoy muy triste". Nada más. 

Siguió saludando a "peregrinos de diferentes países".

Santa Sofía fue la catedral patriarcal ortodoxa hasta 1453, cuando fue convertida en una mezquita. Posteriormente se convirtió en un museo: en 1935, fue secularizada. Pero a principios de julio, el Presidente de Turquía ordenó la reclasificación de Santa Sofía como mezquita.

Según la Declaración de Abu Dhabi de Francisco, no importa si el lugar de culto es una Iglesia o una mezquita ya que "Dios quiere todas las religiones". Mientras que en otras ocasiones ha invitado a los musulmanes a ser fieles al Corán, o ha dicho que cada uno rece como sepa (de cualquier creencia, frente a la epidemia del Coronavirus)

Así que no está claro por qué Francis está "muy triste". Y menos cuando ha favorecido el indiferentismo religioso ya desde el primer "Vídeo del Papa" y honrado a la falsa diosa pachamama en la mismísima basílica de san Pedro y en los jardines vaticanos.
También ha apoyado indirectamente el credo islámico de mil maneras: prohibiendo el proselitismo de los cristianos en Marruecos, invitando a inmigrantes musulmanes a Europa a mestizarse con las mujeres europeas (un modo de acabar con el cristianismo ya que las casadas con islamistas son obligadas a renunciar a su fe), ha ridiculizado a los políticos o ciudadanos -los que se oponen a la entrada de estos bárbaros que siembran el caos en occidente-, tachándolos de duros de corazón y de no ser buenos samaritanos, u otorgando a los miembros de la Sgda Familia un estatuto falsario de "refugiados" e "inmigrantes" para convencernos de aceptar sin rechistar la invasión musulmana.

Y si Erdogan ha arrebatado la iglesia de Estambul para el culto islámico, la defensa de Bergoglio no es ni siquiera una débil defensa de los intereses cristianos, sino que parece que no ha tenido más remedio que emitir una queja indirecta y vaga sin abordar el problema cara a cara, porque esto irritaría a los mahometanos. 


María Ferraz/en.news