¿No quieren comulgar en la mano? Pues les quito la Misa


¿No quieren comulgar en la mano? Entonces no hay misa

Blog de Aldo Maria Valli

Si bien en Italia y Europa la epidemia de Covid está llegando finalmente a su fin, lamentablemente no se puede decir lo mismo acerca de las consecuencias inducidas que ha generado: durante mucho tiempo todavía tendremos que esperar amenazas de un autodenominado retorno (del virus), tendremos que esperar formas de control personal, como el rastreo, y restricciones a las libertades. La epidemia representa una oportunidad para introducir cambios radicales de tipo político, económico, cultural y, no menos importante, eclesial.

Dentro de la Iglesia Católica, la epidemia representa para algunos la ocasión codiciosa de cambios de época: la ciberteología, la misa en streaming, la suspensión indefinida de muchos sacramentos, hasta se han hecho modificaciones en la Santa Misa.

En los últimos días, el principal liturgista de la diócesis de Cremona, Don Davide Piazzi, ha declarado que es hora de poner fin a novecientos años de abusos. ¿A qué se refería? A la práctica de la comunión en la boca, que en realidad entró en uso litúrgico de manera definitiva en la era carolingia. Según el liturgista cremonés, se trataría de un abuso, comparado con el uso correcto que en su opinión era el -más primitivo- de la comunión recibida en la mano, que además se convirtió en un uso generalizado a partir de los años setenta del siglo XX por iniciativa de algunos episcopados europeos, en Francia, Holanda y Alemania. Un uso al que el Papa Pablo VI se opuso firme pero ineficazmente. Ahora bien, en tiempos de epidemia, la comunión en la mano fue impuesta por el CEI no por razones pastorales, ni por razones teológicas, sino simplemente porque sería (el condicional es obligatorio) una práctica más higiénica.

Ha habido muchas protestas de los fieles, pero sin éxito. Al contrario: muchos obispos parecen mostrar un particular cierre al diálogo y una preocupante falta de misericordia.

Así, en Cremona, donde Don Piazzi, además de expresar su opinión sobre una práctica litúrgica milenaria, cerró las puertas, en nombre del obispo, a los fieles que querían recibir la comunión en sus bocas. ¿No quieres someterte a los dictados de la curia? Y te quito la misa. Un extraño chantaje, realmente inusual en la historia bimilenaria de la Iglesia.

¿Qué ha pasado? Un grupo de fieles que asistía a la misa según el Rito Antiguo, celebrada en la ciudad de los Torrazzo una vez al mes, había pedido a la Curia que la reanudara después del cierre eclesiástico. La respuesta fue un sí, pero condicional. En representación del obispo, Don Piazzi, de hecho, en los últimos días, dijo claramente que en la misa celebrada no tendría la posibilidad de distribuirse la comunión en la forma tradicional, es decir, de rodillas y en la boca. 

El 16 de junio de 2020 el grupo de fieles señaló las razones para recibir la Comunión en la forma tradicional, señalando, sin embargo, que las mismas indicaciones gubernamentales no daban disposiciones para la distribución de la Comunión en la mano en las liturgias orientales (pero ni siquiera, explícitamente, en el Protocolo con el CEI), donde no se admite tal forma de administrar el sacramento. Tanto más cuanto que, como han señalado muchos médicos e infectólogos, la distribución en la mano no es un modo más seguro que el tradicional. "¿Podemos discutirlo con calma y encontrar una solución? La nuestra es una hermosa experiencia y no queremos que se vea perturbada por diatribas o contrastes justo cuando por fin podemos reanudar la celebración pública de la Santa Misa.


La respuesta de Don Piazzi fue la siguiente: "Estimados señores, he comunicado su e-mail al obispo de Cremona.  Considerando que el modo de recibir la comunión es para su sensibilidad eucarística más vinculante que la comunión en sí misma, tanto que no obedecen el mandato del Señor: "Tomad... comed", el obispo me autoriza a comunicarles que la misa en su forma extraordinaria queda suspendida hasta el momento en que los obispos italianos y las disposiciones gubernamentales les permitan volver a la celebración normal sin poner en peligro la salud de los fieles. Añado por mi propia voluntad que así como no quieren "ser forzados" a un modo de celebración que ofenda su sensibilidad eucarística, el abajo firmante "en ciencia y conciencia" no puede ser puesto por otros en la condición de poner en peligro la salud de los fieles. Se espera que el próximo otoño estemos en condiciones de celebrarlo con tranquilidad. Cordialmente.

Don Daniele Piazzi".

En resumen: la Iglesia en salida cerró la puerta en la cara de los fieles. ¿No hacen lo que les digo? Pues les quitaré la misa. (...)