Manaus-AM.
¡Paz, mis queridos hijos, paz!
Hijos míos, no es el momento de las dudas e incertidumbres, sino que es el momento de que os decidáis por Dios, de cambiar vuestros corazones en su amor y de vivir vuestra conversión, en una vida de entrega y de santidad. Ya os he dado muchas señales, sed hijos de la oración y de la fe y dad el ejemplo de que me pertenecéis totalmente.
Ser almas verdaderamente eucarísticas, ser verdaderamente mis hijos, que están unidos a mi Inmaculado Corazón. Cuanto más adoréis a mi Hijo en el sacramento de la Eucaristía, más el Espíritu Santo se unirá a vosotros y os iluminará mostrándoos el camino a seguir y qué hacer.
Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!