"Consistente con la radicalidad de Jesús": El obispo defiende al Papa Francisco aprobando las uniones civiles
KALOOKAN, Filipinas, 27 de octubre de 2020 - El presidente en funciones de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas (CBCP) ha publicado una carta en la que elogia al Papa Francisco por los comentarios que hizo en apoyo de las uniones civiles entre personas del mismo sexo.
El obispo Pablo David, obispo de Kalookan formado por jesuitas y presidente en funciones de la CBCP, escribió una carta titulada "De dónde viene el Papa" en la que defiende y elogia los comentarios del Papa en apoyo de las uniones civiles entre personas del mismo sexo. La carta fue publicada por el brazo mediático oficial del CBCP, CBCPNews.
El obispo menciona que al hacer un llamado a las uniones civiles, el Papa hablaba "como un pastor que está dispuesto a dejar atrás las noventa y nueve (99) en busca de la única oveja perdida" (¿es que habla acaso de conversión?). Continúa: "Este Papa ha sido consecuente con la radicalidad de Jesús de Nazaret a quien llama el rostro humano del Dios Misericordioso".
David equipara la respuesta que el Papa ha enfrentado de los fieles católicos y los miembros de la jerarquía con la persecución pública que Cristo sufrió: "Jesús fue incomprendido y juzgado por la gente porque se asoció con personas de dudosa reputación[.] ... No los evitó".
David continúa, refiriéndose a Cristo: "Tampoco les dijo que lo que hacían era correcto. No aprobaba abiertamente la prostitución [...] ... Sólo los trató con la misma bondad y compasión que a cualquier ser humano".
Muchos han interpretado los recientes comentarios del Papa como una aprobación abierta de las relaciones sexuales entre miembros del mismo sexo.
En un pasaje que minimiza la importancia de impartir la doctrina y la moral, David escribe: "[Cristo] tampoco aprobó la forma en que se comportaron los guardianes de la moral y la ortodoxia de su tiempo. No creía que la construcción del reino de Dios fuera una cuestión de enseñar a la gente la doctrina y la moral adecuadas".
Sin embargo, el obispo afirma que el Papa "no quiere destruir nuestra moral y ortodoxia (Pues lo parece). Sólo quiere hacer lo que el propio Jesús hizo. Él valoraba más ser amable y compasivo que ser correcto y recto".
El obispo David señala cómo el Papa pone en práctica este principio en el documental Francesco, donde aparecen sus comentarios sobre las uniones civiles, en relación con el consejo que dio a una pareja del mismo sexo con tres hijos a su cargo: "El Papa Francisco dijo, 'Ve y únete a la parroquia de todos modos'. No dijo 'Sigue las leyes de la Iglesia primero antes (ni nunca) de unirte a la comunidad parroquial.'"
Entre otros cardenales y obispos que han defendido la enseñanza católica tradicional sobre la homosexualidad, el obispo Athanasius Schneider de Kazajstán señaló recientemente cómo este enfoque no es un acto de bondad hacia las personas con atracción hacia el mismo sexo, sino más bien un acto de crueldad. Schneider explicó: "[P]orque estas personas serán confirmadas en el pecado mortal, se solidificarán en su dicotomía psicológica interior, ya que su razón les dice, que los actos homosexuales van contra la razón y contra la voluntad explícita de Dios, el Creador y Redentor de los hombres".
El obispo David también afirma que el apoyo del Papa a las uniones civiles entre personas del mismo sexo se debe a su papel "como pastor", por el cual el Papa puede hacer tales comentarios "sin comprometer nada de la comprensión de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia".
El obispo cita la reciente encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti, para justificar el apoyo del Papa a las uniones entre personas del mismo sexo apelando a "nuestro sentido innato de fraternidad", instando a la gente "a ser buenos samaritanos que soportan el dolor de los problemas de los demás en lugar de fomentar un mayor odio y resentimiento".
La carta contrasta con las recientes declaraciones del cardenal Raymond Burke, el arzobispo Carlo Maria Viganò, el obispo Schneider y otros prelados y sacerdotes. Se refirieron a la enseñanza católica sobre la homosexualidad, señalando que el Catecismo enseña que "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados" y que "la Iglesia enseña que el respeto a las personas homosexuales no puede conducir de ninguna manera a la aprobación del comportamiento homosexual o al reconocimiento legal de las uniones homosexuales".