En su último papel, Francisco se ha convertido en un "patrocinador de las compañías farmacéuticas" y "fuerte partidario de las vacunas", escribe el arzobispo Viganò en MarcoTosatti (15 de enero).
Viganò habría esperado de Francis "un mínimo de prudencia" respecto a los efectos desconocidos de la vacuna, en cambio, "el único dogma al que Bergoglio no está dispuesto a renunciar es el de la vacunación obligatoria".
Así, Francisco muestra una "fe inquebrantable en una 'ciencia' que roza el esoterismo y la superstición", escribe Viganò.
Observa que Francisco deja de lado la verdad revelada en nombre del ecumenismo y el diálogo interreligioso, mientras proclama "el rito iniciático de la vacunación" y "los dogmas de Covid-19".
"El único papel que se niega obstinadamente a cumplir es el de Vicario de Cristo", concluye Viganò.
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