1 de febrero de 2005. Jesús
Deseo hablar al mundo de Mi amor. Queridos hijos de Dios, seréis bienvenidos en el Cielo. Aquí tenéis una familia que se prepara para vuestra llegada.
Cada persona en la Tierra está progresando constantemente en su viaje terrenal, lo que significa que os estáis acercando constantemente al final de vuestra vida, aunque viváis hasta una edad muy avanzada.
Si comenzamos con ese pensamiento, Mi siguiente pensamiento tendrá aún más sentido para ti: Deseo que consideréis lo que Me traeréis cuando venga a buscaros.
¿Me traeréis bondad para con los demás? ¿Me traeréis servicio a vuestra familia? ¿Me traeréis un deber cumplido en obediencia y dignidad?
Como veis, amigos Míos, no os pediré vuestras posesiones materiales porque no tendrán ningún valor aquí, a menos que las hayáis utilizado para ayudar a los demás. Sólo entonces las posesiones materiales pueden adquirir un valor celestial. Os he puesto en el mundo para servir.
Estoy con vosotros cada día, pero también debéis tratar de estar Conmigo.
Queridos hijos, pedidme orientación y os diré cómo deseo que sirváis.
Direction for Our Times