Diario de un exorcista: ¿Mujeres exorcistas?

Santa Catalina


Estábamos en medio de un exorcismo particularmente difícil.  Parecía que no llegábamos a ninguna parte y los demonios estaban muy arraigados.  Ya teníamos dos, a veces tres sacerdotes, trabajando en ello.  Necesitábamos más ayuda.

  Así que llamé a una mujer especialmente dotada.  Sólo la llamaba cuando realmente necesitábamos ayuda, ya que esas sesiones eran muy dolorosas espiritualmente para ella.  Cuando se presentó, los demonios se enfurecieron y, creo, se aterrorizaron.  La amenazaban, atormentaban y atacaban constantemente. Todo el tiempo los propios demonios gritaban y eran torturados a un nivel que no habríamos alcanzado sin ella.  Algunos se marcharon en esa misma sesión.

  Hay una larga historia de mujeres especialmente dotadas con el carisma de expulsar demonios.  Por ejemplo, el abad de Brauweiler pidió a Santa Hildegarda de Bingen, doctora de la Iglesia, que exorcizara a una noble de Colonia que llevaba siete años poseída.  Los sacerdotes no habían tenido éxito y los demonios afirmaban que sólo la santa podía expulsarlos personalmente... y así lo hizo*.  

Santa Catalina de Siena, también doctora de la Iglesia, es igualmente famosa por su papel de exorcista. Ella detestaba hacer exorcismos diciendo: "¡Ay! Cada día me atormentan los espíritus malignos: ¿crees que quiero los de los demás?". El propio Satanás la llamaba "el mayor enemigo que tengo en todo el mundo "**. Se decía que si los sacerdotes no podían exorcizar a los demonios, llevaban a los poseídos a Santa Catalina, que sí lo hacía.  

Por supuesto, la exorcista femenina por excelencia es la Santísima Virgen María.  Como he dicho en otro lugar, cuando ella aparece, los demonios no pueden salir de la habitación lo suficientemente rápido.  

La Iglesia nombra a los sacerdotes como exorcistas.  A menudo son hombres mayores, y están específicamente entrenados para este ministerio.  Pero la Iglesia reconoce desde hace tiempo un carisma para expulsar demonios entre los laicos, incluidas algunas mujeres dotadas y bendecidas.  Cuando los exorcistas necesitan ayuda, llamamos a este tipo de mujeres.  Tuvimos la suerte de contar con una. 


*Honey Meconi, Hildegarda de Bingen, University of Illinois Press, 2018, pp. 59-60.

**Bendito Raimundo de Capua, La vida de Santa Catalina de Siena, Tan Books, 2003, pp. 218, 222.


https://www.catholicexorcism.org/