Por un lado, no tenía prisa por vacunarse, pero hizo todo lo posible por conseguir una cita rápidamente. La edad y la comorbilidad no le motivaron a hacerlo.
El argumento que se impuso fue "hay que hacer lo que hace todo el mundo". Y luego quiso conciliar el dinamismo de su mujer, veinte años más joven, con su tranquilidad personal.
"Estoy bien. He recibido mis dos inyecciones de la vacuna anti-Covid y todo está bien" fue su última declaración paradójica.