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María Ferraz
Sin embargo, ya hay microchips mucho menores que un grano de arroz y se ocultan e introducen con mayor facilidad con una simple jeringa
Que cada jeringa contenga un chip único e identificable para cada persona, que se introduce en ella con el pinchazo, coincide con el hecho del hacker ruso quien encontró en la DeepWeb los datos de los vacunados, con el lugar y la fecha de cada inyectado, y un geolocalizador además del estado fisiológico actualizado; también con el hecho de que en los brazos de los vacunados se detecta un chip con un rastreador de chips para animales.