Exorcista: Con el Rosario los demonios huyeron



Los demonios me atacaban", dijo el exorcista, "así que cogí mi rosario y lo levanté.  Al instante, los demonios se despegaron y huyeron".  

San Bartolo Longo, el Apóstol del Rosario, estaba siendo aplastado por las obsesiones demoníacas.  Se había convertido a la Fe desde su práctica del satanismo.  Pero le atormentaba la idea de que seguía consagrado a Satanás y destinado al infierno.   Estaba al borde de la desolación y del suicidio. Desesperado, comenzó a rezar el rosario.  Su devoción al rosario expulsó los ataques mentales demoníacos y fue el instrumento de su camino hacia la santidad.  

El Papa Pío XI escribió: "El Rosario es un arma poderosa para poner en fuga a los demonios".  El Padre Pío dijo: "El rosario es el arma para estos tiempos".  En nuestras sesiones de exorcismo, mientras el sacerdote reza el rito solemne, a menudo hacemos que los laicos recen el rosario.   El padre Gabriel Amorth, antiguo exorcista de Roma, recordaba un encuentro con Satanás.  El maligno, al verse obligado a decir la verdad, dijo: "Cada Ave María del Rosario me golpea en la cabeza; si los cristianos conocieran el poder del Rosario, ¡sería mi fin!"

Como exorcistas, somos un objetivo particular para Satanás. En general, estamos protegidos, pero sigue habiendo una diana demoníaca a nuestra espalda.  Cada noche rocío mi habitación con agua bendita e invoco a la Virgen y a San Miguel.  Y duermo, al igual que durante el día, con el rosario en las manos.   


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