Carbonia 29 de enero de 2016
Mantened el orden en mi Iglesia, oh vosotros que os declaráis mis pastores. ¡El buitre está en su apogeo!
Amados, Yo, vuestro Dios-Amor, proclamo mi inminente venida.
Levantaré un nuevo pueblo en Mí y daré de Mí a mi nuevo pueblo.
Mi Israel, ciudad de Mi Corazón, ven a Mí, Mi amada esposa, sonríe a tu amoroso Dios, cuida sus leyes, no las detestes nunca, pues tú, Mi Israel, has sido construido sobre el seguro fundamento de tu amoroso Dios. No vaciles, abre tu corazón a Mí, no vayas nunca con Mi enemigo, guárdate bien en Mí.
¡El buitre está en su apogeo!
¡Su presa la tiene en sus garras!
Pronto lo devorará, se comerá su corazón, no hará su botín, llenará los estómagos de Mis hijos, de todos aquellos que no han estado vigilantes, que se han dormido, dando al enemigo infernal la oportunidad de apoderarse de ellos.
¡El hombre inicuo dicta su ley en mi casa!
¡Pone a mis consagrados a sus órdenes, ya están desorientados, no entienden bien pero sienten el desastre de la Iglesia!
No son capaces de luchar por Mí, su Dios Creador, tienen miedo de perder sus rangos, de perder su posición, tienen miedo de ser eliminados y excomulgados, pero en verdad os digo que estos hijos que se abandonan a Mi enemigo, ya tienen Mi excomunión en ellos.
No han sido capaces de mantener la Administración de Mi Casa, han apartado Mis primicias para los cerdos, y así han provocado el fin de la historia de la Iglesia de Dios en la Tierra y han levantado a Mi enemigo.
Ahora que todo será conocido por la humanidad, os digo que, con Mi intervención divina, el hombre inicuo perecerá, seguirá su camino, no tendrá vida en Mí, perecerá en el lago de fuego.
Mantened el orden en mi Iglesia, vosotros que os declaráis mis pastores, porque si no es así, también vosotros seréis apartados de vuestro Dios en su intervención en la Tierra, que ya está próxima.
En verdad os digo: Mi Sagrado Corazón está en el dolor, en la agonía de esta nueva Crucifixión, pero sabed que en Mí está la Santísima Trinidad que intervendrá para decir basta y pondrá fin a vuestros abusos, y os dará vuestra recompensa. Nunca más veréis la luz del día y nunca más podréis dirigir vuestros corazones hacia Mí, porque los habéis trocado con Mi enemigo, os habéis sometido a él y le habéis seguido, honrado y servido con todo vuestro corazón.
Gracias a vosotros, mis fieles servidores, hoy fortaleceré a mi Iglesia y pondré fin al pecado.
He terminado Mi agonía, pronto Me veréis en Mi manifestación Misericordiosa y en Mi Justicia, y os pediré que estéis conmigo o contra Mí.
Preparaos porque todo está listo, todo es inminente.
Id, proceded según mis planes, bendecid a mi nueva Iglesia y postraos con todo vuestro amor. ¡Bendición y gracia para vosotros, paz para vosotros!
¡Jesús en el Padre y en el Espíritu Santo!