El santo intransigente con los errores bergoglianos de Amoris Laetitia




Lea Padovani fue una famosa actriz de cine italiana. Nacida en 1920 -el mismo año que Juan Pablo II-, apareció en 60 películas entre 1945 y 1990. Padovani estaba enamorada de un hombre casado con el que vivía. La actriz se encontraba en el extranjero por motivos cinematográficos cuando se enteró de que a su pareja ilegítima se le había diagnosticado un gravísimo tumor maligno. Le dieron sólo seis meses de vida. Padovani bagan a la desesperación. Llevó al hombre a muchos médicos, incluso al extranjero, pero el terrible diagnóstico se confirmó.


Padovani conocía los extraordinarios poderes del Padre Pío de Pietrelcina. Junto con su compañero fue a visitarlo a San Giovanni Rotondo, e intentó ser recibida por el fraile, pero al principio no lo consiguió. Cuando por fin se encontró con el padre Pío, éste la rechazó porque sabía que vivía en pecado con un hombre casado, y que sólo quería que su amante se curara físicamente sin preocuparse de respetar la ley de Dios. Le hizo comprender que debía dejar a ese hombre.


La actriz quedó profundamente impresionada. En los días siguientes, sintió una fuerza interior que la llevó a hacer una promesa al Señor. Pidió que su amante se curara. A cambio, ella lo dejaría. Al cabo de unos días, el hombre empezó a sentirse mejor. En una visita de seguimiento, los médicos se sorprendieron al comprobar que se había recuperado por completo y de forma inexplicable. Padovani se dio cuenta de que su petición había sido atendida y cumplió su promesa. Dejó al hombre y se dirigió al Padre Pío. Se dio cuenta de que las oraciones del santo fraile habían estado detrás de su gesto y decidió convertirse en su hija espiritual y cambiar su vida.


El hombre que se había beneficiado de la curación no entendió lo que había pasado y se lió con otra mujer. En resumen, este milagro había sido la ocasión para la salvación de Lea Padovani y quizás para la condena del hombre. 

BastaBugie.it se pregunta qué habría sucedido si la actriz, en lugar de encontrarse con el Padre Pío, hubiera hablado con un sacerdote bergogliano sometido al actual enfoque de Amoris-Laetitia benévolo con los divorciados vueltos a casar y las situaciones irregulares.


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