Trevignano Romano 27 de septiembre de 2022
Mis dulces hijos, gracias por haber respondido a mi llamada en sus corazones y gracias por haber doblado sus rodillas en oración.
Hijos míos, muchas son mis lágrimas por los que no entienden, no creen, blasfeman y no se convierten, yo, como Madre, quiero salvar a todos mis hijos.
Mi Jesús está concediendo muchas gracias, pero muchas veces os atraen más las cosas del mundo que os invitan a la perdición y no os fijáis en las cosas bonitas que tenéis cada día, desgraciadamente el orgullo y la soberbia os acompañan.
Hijos míos, enseñad a vuestros hijos el rezo del Santo Rosario.
Hijos míos, os pido que salgáis a las calles del mundo a anunciar el Evangelio, que digáis a todos que Jesús volverá pronto y que debéis estar preparados.
Ahora, os bendigo en el nombre de la Santísima Trinidad, amén.