Esto tendrá implicaciones mucho más amplias que proteger el crimen del aborto pues criminaliza a los católicos que se manifiesten, recen o intenten hablar con las madres que van a matar a sus hijos, próximos a un abortorio.
Los diputados votaron el 18 de octubre a favor de una enmienda que impone hasta seis meses de cárcel a las personas que se acerquen a las madres abortistas cuando vayan a matar a sus hijos.
"Estamos hablando de personas que sólo intentan concienciar sobre el apoyo disponible para las mujeres que se enfrentan a embarazos difíciles y que no tienen otro lugar al que acudir", dijo el diputado conservador Sir Edward Leigh, que votó en contra de la propuesta. "Vamos a criminalizar a estas abuelas católicas, pero mucha gente de manifestaciones violentas sale libre".
El proyecto de ley aún tiene que superar varias etapas antes de convertirse en ley. Sin embargo, Bournemouth ya ha establecido una zona de opresión para seis calles alrededor de la clínica abortista.
Un cartel prohíbe, bajo pena de 100 libras, celebrar vigilias en las que los participantes "recen audiblemente, reciten las escrituras, hagan genuflexión, rocíen agua bendita en el suelo o se persignen" cuando vean pasar a una madre abortista.
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