Domingo, 20 Octubre 2013
Mi muy querida y amada hija, id, todos vosotros, al mundo y difundid los evangelios, porque necesitaréis hacer esto antes de que la persecución de Mi Iglesia comience en serio.
Debéis poner toda vuestra confianza en Mí y consolaros sabiendo que, cuando llegue el gran día, seréis elevados, en cuerpo y alma, a Mis brazos, en un abrir y cerrar de ojos.
Por eso debéis, con amor y paciencia, recordar al mundo Mis Enseñanzas.
Recordadles que el pecado existe y será perdonado, pero primero deben pedirme perdón.
No importa que se les diga que el pecado es una segunda naturaleza del hombre, deben saber que, como hijos de Dios, deben pedir la reconciliación cada vez, independientemente de lo insignificantes que puedan parecer sus pecados.
El pecado es lo que os separa de Dios.
Cuanto más pequéis, más oscuros os volveréis; más profunda será la angustia que sentiréis y estaréis tan inquietos que nada, salvo mi gracia, aliviará vuestro dolor ni os traerá la verdadera paz.
Sabed que cuando comience el reino de la herejía, los que se involucren en ella sentirán una terrible soledad y desdicha.
Sin embargo, para el mundo exterior, todo parecerá aceptable para la Iglesia.
Mientras luchan internamente, todos los rituales exteriores, llevados a cabo en nombre de una Iglesia global unida, les harán sentirse incómodos.
A los seis meses de que la herejía sea introducida en Mi Iglesia, muchos que ignoraron Mi Llamada, huirán y buscarán a aquellos que permanecieron fieles a Mi Santa Palabra.
Entonces mi ejército se hinchará, crecerá y reunirá a los remanentes de todas las Iglesias Cristianas y luchará contra el espíritu del mal.
El cisma en Mi Iglesia se dividirá en diferentes etapas.
La primera etapa será cuando solo aquellos que verdaderamente me conocen, y entienden la verdad de los santos evangelios, decidirán que no pueden aceptar mentiras en Mi Nombre.
La segunda etapa será cuando a la gente se le nieguen los santos sacramentos, como deben ser.
La tercera etapa será cuando Mis Iglesias hayan sido profanadas y será entonces cuando Mis Sagrados Siervos, por fin, comprenderán la verdad contenida en el Libro del Apocalipsis.
Mis profetas no mienten.
No les gusta lo que se les pide que hagan.
Ellos revelan sólo Mi Santa Palabra y lo que se les ordena hacer por la Santa Voluntad de Mi Padre.
Las señales de que el último profeta - el único profeta al que se le ha dado permiso desde el Cielo hoy para preparar al mundo para la Segunda Venida - ha llegado están aquí ahora.
Cuando comprendáis que las profecías, dadas al mundo desde el Cielo, equivalen a esto -aumentar vuestra fe y asegurar que permanecéis fieles a Mi Santa Palabra, entonces las aceptaréis.
Cuando tengan lugar, tal como han sido reveladas, entonces conoceréis la verdad.
Estad preparados.
Estad en paz, porque caminaré con todos vosotros que os reunís ahora para formar mi ejército remanente en la Tierra.
Vuestro Jesús