Francisco ha "puesto fin" a la administración forzosa de la famosa basílica romana de Santa María la Mayor, que comenzó en diciembre de 2021, convirtiéndola en permanente.
El 19 de marzo nombró al anterior comisario, monseñor Rolandas Makrickas, arcipreste coadjutor de la basílica papal de Santa María la Mayor.
Esto significa que el arcipreste de la basílica, el cardenal Stanisław Ryłko, de 78 años, se ha convertido en una mera figura decorativa.
Todo el poder se concentra ahora en manos de monseñor Makrickas, lo que no es precisamente una forma "sinodal" de llevar las cosas.
Los canónigos mayores de 80 años (el propio Francisco tiene 87) son despedidos y privados de sus apartamentos.
Los canónigos restantes pierden todos sus derechos en materia económica y administrativa, pero pueden conservar sus vistosas togas.
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