En el ocaso de la vida se os pedirá cuentas de todo, de todo



Al atardecer de la vida se os pedirá cuentas de cómo habéis empleado el tiempo, de las obras de misericordia que practicasteis, de los actos de amor y penitencia que hicisteis. En el caso de la vida se os pedirá cuentas de todo, de todo. Yo, Espíritu Divino, os hablo.


Hijos de Dios que vivís un día, y otro, y otro tan tranquilos sin plantearos ni siquiera si estáis aptos para ganar el Cielo. Van pasando vuestros días y estáis en la misma medida de méritos. Algunos no llegáis a lo más elemental y vais entrando en el ocaso de vuestra vida pero no pensáis que cada día, el tiempo (que os queda) es menor y que vosotros no lo aprovecháis.


Algunos de los que lean estos mensajes no llegarán ni siquiera al atardecer de su vida, morirán antes y con los méritos que tengan se tendrán que presentar ante el Trono de Dios Altísimo, ofreciendo sus buenas obras si las tengan y presentando sus malas acciones si las hicieron. Pues tanto como si no tuvieran buenas obras ni hubieran hecho malas (acciones), esas almas tendrán que comparar ante el Juicio Divino, porque aquel o aquella que no haya negociado sus talentos (valores) no tomarán parte en el Reino de Dios. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.


Vosotros sabéis discernir perfectamente por los signos o señales las enfermedades o trastornos físicos. Sabéis por los signos o señales los cambios climáticos. Sabéis por los signos o señales si vuestros hijos van por buenos o malos caminos, y sin embargo, no queréis saber en el atardecer de vuestra vida que la poda ya está cerca y que vuestra vida se extingue y queda poco para dar cuentas a Dios.


¿Y que hacéis? Nada. Ni siquiera queréis plantearos esta cuestión porque os asusta pensar en la muerte, en la Vida Eterna, en el Juicio de Dios, y como un mecanismo de defensa, preferís ignorar antes de afrontar y no, no es una actitud acertada sino errónea. Debéis reflexionar y pedirme a Mí Espíritu de Dios, ayuda y a la Santísima Virgen que siendo una como vosotros, os resulta más asequible hablarle y pedirle ayuda. Yo, Espíritu de Dios, os hablo. La paz de Dios Altísimo esté con todos vosotros.


Blog: Yo, Jesús os hablo