Los católicos conservadores se apoderan de Internet


El creciente fenómeno de los influencers católicos, que utilizan las herramientas digitales para difundir su visión del catolicismo, es el tema de un estudio reciente auspiciado por el episcopado brasileño y publicado por Ideias & Letras. Los obispos expresan su preocupación principalmente por el aumento de la influencia de los conservadores en Internet. 

En el sitio del Instituto Humanitas Unisinos (IHU), dirigido por los jesuitas de la Universidad de Vale dos Sinos, monseñor Joaquim Giovani Mol Guimaraes, presidente emérito de la Comisión Pastoral para la Comunicación de la Conferencia Episcopal de Brasil (CNBB) y obispo auxiliar de Belo Horizonte, presentó los resultados de la investigación que inquieta al episcopado brasileño.

En su contribución, titulada Influencers Digitales o Evangelizadores Católicos, el prelado pretende alertar a sus colegas y a la opinión pública contra la creciente influencia -al menos en número- de los católicos conservadores que denuncian los estragos del progresismo en el país, sin andarse con rodeos cuando esto implica evaluar las reformas implementadas en el actual pontificado.

Monseñor Mol Guimaraes, que no siente un excesivo afecto por los tradicionalistas, deplora la influencia de sitios que, “aunque presentan elementos vinculados a la devoción y a la fe populares, expresan, sin embargo, una visión personal de lo que creen que es la verdad, aunque esto signifique ser moralistas y manipuladores”.

El obispo hace una distinción entre los “buenos” difusores de contenidos a través de Internet –a quienes concede el título de evangelizadores católicos– y los “malos”, reducidos al nivel de simples “influencers digitales”.

El criterio para hacer este discernimiento es claro, incluso caricaturesco: es necesario que "el discurso y la praxis (de quienes usan de este modo el internet, NDLR) estén imbuidos de la visión de la Iglesia que es la del Papa Francisco", explica el obispo auxiliar de Belo Horizonte. No podría ser más claro.

Conviene situar el debate en su contexto brasileño: en 2018, cuando el futuro presidente Jair Bolsonoro, criticado por una parte de la prensa como un hombre de extrema derecha, se postulaba para la presidencia, varios grupos de católicos conservadores se estructuraron en Internet, sin dudar en atacar a la Conferencia Episcopal del país y, a veces, incluso al Papa Francisco, por su supuesto apoyo a la escuela de pensamiento encarnada por el oponente de Jair Bolsonaro, Luiz Inacio Lula da Silva.

La investigación auspiciada por el episcopado brasileño señala así al católico laico Bernardo Küster y al Padre Paulo Ricardo, dos fervientes partidarios del expresidente Jair Bolsonaro, ambos con varios millones de seguidores en la red. Según la investigadora Alzirinha Souza, estos dos influencers católicos “terminaron creando un magisterio paralelo”.

Monseñor Mol Guimaraes, por su parte, denuncia sus críticas “indebidas e infundadas a la estructura y jerarquía institucional de la Iglesia", así como una forma de “narcisismo”. Pero cabe señalar que los posibles excesos digitales y polémicos de los involucrados, que no se pueden cuestionar porque han sido comprobados, se parecen un poco al árbol detrás del cual se oculta el bosque: permiten evacuar los verdaderos problemas causados ​​por un progresismo agonizante en las sociedades, e incluso en la Iglesia.

También cabe preguntarse si el fenómeno de los influencers católicos no se debe en gran parte a la incapacidad del magisterio actual de recordar los elementos esenciales de la doctrina y la moral cristianas y de advertir contra los errores del mundo moderno, en nombre de una noción sesgada de la misericordia o la caridad.

Como decía el buen Aristóteles: la naturaleza aborrece el vacío. Y los católicos apegados a las tradiciones de la Iglesia parecen haber entendido esto en Brasil.



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