Consejos Espirituales de Don Bosco




259. El demonio siempre se interpone para impedir la conversión. (IX, 997).

260. Las debilidades del alma hay que atenderlas por lo menos con el mismo cuidado como se trate la enfermedad del cuerpo. (XVI, 441).

264. Es ocioso quien se preocupe por cosas innecesarias. (XIII, 801).

265. Las costumbres cuando son buenas y llevan al bien, debemos seguir practicándolas. (XV, 605).

266. No basta saber las cosas, es necesario practicarlas. (XVII, 630).

267. Las cosas o se hacen bien, o mejor no se hacen.

268. Respeto a todos, miedo a ninguno. (V, 661).

269. Cuando todo marche bien, no se pretenda cambiar so pretexto de mejorar. (VIII, 228).

270. Cada cual trabaje según su propia capacidad; el mérito depende de la intención. (BAC. 608).

271. 271 Siempre que se pueda impedir un mal aunque sea material, hágase lo posible por impedirlo. (BAC. 609).

272. 272 Antes de formar juicio sobre lo que os refieren, o de fallar sobre una cuestión, oíd a las dos partes. 

273. Reflexiona y piénsalo con calma antes de resolver en asuntos de importancia; y en caso de dudas, determina lo que creas que sea para la mayor gloria de Dios. (VII, 524).

274. Cúmplase con diligencia todos los deberes. Con diligencia, quiere decir con amor, porque la palabra diligencia viene del verbo “diligere”, que quiere decir amar. (XII, 610).

275. Cumplir el deber con alegría y con amor es la mejor preparación para bien morir. El Señor premia al obediente. (XII, 610).

276. Nunca debemos sentirnos solos, Jesús siempre nos acompaña. (XI, 363).

277. Todo pasa, lo que no trasciende a la eternidad no tiene importancia. (IV, 556).

278. Dios nos ayuda a superar las dificultades que son inevitables en este mundo, que según el Evangelio, está todo lleno de la maldad. “Mundus totus in maligno positus est”. (VI, 550).

280. Hijitos míos, aprovechando bien el tiempo os habrá servido para vuestra salud eterna. (XVIII, 864).

281. La murmuración corrompe los corazones. (XVII, 113).

282. Pobre del que trabaja esperando alabanzas del mundo; el mundo es muy mal pagador y paga siempre con ingratitud. (X, 266).

283. Si no tenemos a quien acudir en asuntos de importancia, imploremos luz del poder y amor de Jesús Sacramentado, en la Santa Misa, durante la elevación.

284. Pecando, uno llega a ser el enemigo de su propia alma. (BAC. 566). 285. Lo mejor es siempre enemigo de lo bueno. (X, 869).
286. No nos creamos necesarios. (XII, 447).
287. Quien tiene la conciencia en paz, lo tiene todo. (XI, 248).

288. La voz de la conciencia persigue al pecador que le recuerda: eres enemigo de Dios. (XII, 133).

289. Todas las riquezas del mundo no cuentan para nada en la eternidad. (VIII, 831).

290. Quien afirma ser cristiano y no obra como tal, es un simple impostor. (XII, 364).

291. El demonio es amigo de las tinieblas; trabaja siempre a oscuras. (VI, 321).

292. Dios no abandona a ninguno. (V, 160).

293. Falaz es el mundo. Dios es el verdadero amigo. (III, 608 - IV, 59).

294. Que tu conversación sea siempre inspirada en la dulzura. (VIII, 490).

295. Debes dar siempre importancia a todas tus acciones. (III, 614).

296. Hay que tener cierta prisa para hacer obras buenas, porque puede faltar tiempo y quedarse defraudado. (XVIII, 862).

297. Cuando se habla al pueblo, es necesario que el pueblo nos entienda. (BAC. 36).

298. Contigo mismo, sé decidido. (VII, 524). 30

299. Dios es un buen Padre; confiemos en Él. (VIII, 986).

300. La ociosidad e inercia, engendra ruina, porque el ocio es el padre de todos los vicios. Temblemos de este monstruo. (X, 1054).

301. Los niños si no son aconsejados a tiempo serán el flagelo de la sociedad. (XIII, 184).

302. Dios da tiempo y oportunidad para practicar la religión. Hay que saber corresponder. (XIV, 86).

  1. Si has de aconsejar o avisar, que quien consulte contigo se retire de ti como amigo y contento (XI, 17)


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